jueves, 30 de enero de 2014 0 comentarios

Mamá

Mérceme mamá
Mérceme que tengo frío
y tengo el corazón helado.
Mérceme mamá
que me he enterado
que los cuentos no existen
y me he quedado sin moraleja.
Mérceme que duele,
que grita, que llora.
Y no sana mamá...
Esto ya no sana.
Mérceme, sujétame las fuerzas.
Intenta arreglarme mamá...
Intentalo, por favor.
Mérceme el corazón
a ver si me lo arreglas.
O mérceme la vida
por si acaso se duerme.
Mérceme mamá.
Mérceme.
Ciérrame los ojos
que no quiero verlo.
No quiero sentirlo.
Y cántame,
a ver si así lo olvido.
martes, 28 de enero de 2014 0 comentarios

Quizás el infierno se encuentre en mí.

Y eso no es bueno, no puede seguir aquí porque me siento tan sola que no dejo de necesitarle. Necesitar a la persona que me ha necesitado. A la persona que ha abandonado cosas por mí sin que yo lo pidiera. A la persona que sigue apostando por mí aun sabiendo que estoy deteriorada. A la persona que me devolvio la vida si hablamos de suicidios. Sí, devolver la vida literal. Y estoy tan sola. Soy rara, no soy como las demas pues mis circunstancias me impiden serlo. No me he criado como cualquier persona. Y la unica persona que me ha salvado de todo eso, que ha sabido mirar con los ojos cerrados ha sido él. Un miedo terrible me recorre el cuerpo pues no sé que será de mí sin él. No sé que voy a hacer con mi vida. Necesito algo... Algo que sepa que va a durar. Algo que sepa que pueda estar siempre... No. No sé lo que necesito.
viernes, 24 de enero de 2014 0 comentarios

24

Hoy especialmente, te echo de menos. A ti, que siempre has estado. Siempre que has podido.
Hoy necesito que estés aquí. Un café ardiendo combinándose con los menos tres grados de nuestra nariz. Cálmame. Es lo único que necesito hoy. En días como hoy en los que tan solo quiero que esto acabe: irme lejos. Empezar una vida lejos de esta pesadilla que me ha tocado vivir. Lejos de esta vida insana. Hoy tan solo me agarro a ti. A mi pilar, a mi apoyo, a mi vida, literal.
Ha vuelto a pasar. Se ha vuelto a repetir y no estás. Pero no estás por la distancia, porque no he podido agarrar el teléfono para escuchar tu voz. Pero no dudes que no he buscado tu anhelo, tu presencia, el cualquier rincón de aquí, de mi corazón.
Tranquilo, sé que si te hubiera llamado hubiera venido en no más de lo que dura el voleteo de una mariposa. Sé que si ahora mismo fueras consciente de que te necesito, no dudarías en dejar cualquier cosa para venir a tranquilizarme.
Y por eso es que te necesito.
En días como hoy.
Es decir, todos los días.
miércoles, 22 de enero de 2014 0 comentarios

La chica de la maleta

Esta fría mañana tan cerca de diciembre
no tomé el desayuno, no he leído el periódico,
no me metí en la ducha después de la gimnasia
(esta oscura mañana no quise hacer gimnasia)
no subí la persiana para asomarme al cielo
ni he mirado en la agenda las promesas del día.
Esta dura mañana con su duro castigo
he roto algunas cosas que mucho me quisieron
y salvé algunas otras porque duele mirarlas.
Me estoy haciendo daño esta mañana fría,
quisiera destruirme sin salir de la cama
o encontrar la manera de dormir un momento.

Cuando menos lo esperas, suele decir la gente,
la sorpresa aparece con sus dientes de anís.
Cuando menos lo esperas, si te fijas un poco,
verás que el aire lleva gaviotas y mensajes...
mas ya no van conmigo esos viejos asuntos.
El aire arrastra lluvias y tristezas heridas
y yo no quiero verlo cruzar como un bandido
tan guapo y tan azules sus ojos venenosos.

Esta fría mañana tan cerca de diciembre
cuando rozan los árboles de puntillas las nubes
junto a tanta miseria, tan helada ternura,
yo dejo mi impotencia, mi personal naufragio
entre estos blancos pliegues olvidado...
Aunque mi cuerpo caiga doblemente desnudo
en ese traje roto que luego es un poema.
Aunque otro sueño baje su luz por la almohada
y ya no te despierte mi voz en el jardín.

De "La guerra de los treinta años" 1989
miércoles, 15 de enero de 2014 0 comentarios

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Finalmente ha salido aquello que llevaba meses intentando que mi cabeza no se permitiera pensar.
Ha salido el hecho de que siempre has estado rondando,
que siempre has sido ese tren que se ha parado a recogerme sin destino final.
Y ahora no tengo palabras para describirlo,
me has dejado tímida,
entre vagón y vagón esperando nuestra parada.
Sin decir nada.
viernes, 10 de enero de 2014 0 comentarios

Un suicidio por ti

No lo sé.
No me preguntes porque
no lo sé.
Tampoco me atrevo a contarle
a nadie sobre el acantilado
de tu cuello, no quiero enamorarme.
Enamorarme de tus ganas de quedarte
sin que nadie te lo pida,
de tus ganas de quererme,
sin que me lo merezca.
De tus ganas de marcar mi número
y no atreverte nunca a pulsarlo
Y las mías de quedarme embobada
con el mensaje de voz de tu buzón.
Con el mensaje de tu voz, -siempre es tu voz.


Y es que no ha habido nadie más.
Pero tengo la costumbre de enamorarme,
o quizá de perder la cabeza,
mezclarme entre precipicios
por un tú sin mi y un yo sin ti
cuando me vuelvo loca y no somos.
Pero el problema es que eres,
y yo sigo con mis manías,
de atrasar el despertador siete minutos,
como los lunares de tu espalda,
para ver si vuelvo a verte una vez más.
Sigo con mis manías,
de llamarte a todo el mundo,
de romper servilletas
como cuando me ponías nerviosa.

Ojalá pudiera coger un tren,
o bien hacia tu acantilado
para saltar al vacío y que no nos
importe lo demás.
O bien para ir a donde estés, aunque
creo que más o menos es lo mismo.
Un suicidio continuo
(un suicidio por ti)

Que no es que no quiera estar contigo,
es que no me imagino no estándolo.

jueves, 9 de enero de 2014 0 comentarios

Shhh

Hola. ¿Qué tal?
Perdona que te llame a estas horas
o que ni siquiera te esté llamando.
Quería agradecerte todo lo que
has hecho por mí, pero supongo
que todo eso no se puede hacer
mediante ninguna llamada de teléfono.
Y mucho menos en una en la que
no sale la voz. No sale ninguna voz.

Perdona por comerte tú todos mis miedos,
por saltar al precipicio por mí
y rajarte la cabeza en mi lugar.
Por esperar un tren que no llega
en vez de dejarlo marchar
por si acaso
yo vengo en él.

Esperando que sea yo sin ti o tú conmigo,
o de alguna manera podamos ser los dos
haciendo añicos el despertador.
Perdón por las cosquillas
por esa risa de loca cinco minutos
antes del sexto beso.
Por el echarte de menos
al ir a tu cocina.
Por fumarnos de todo
en el sofa de tu casa.
Y por que no nos dejen
pasar más allá del sofa.
(más allá del salón)

-

Shhh, calla. No hables.
Ahora me toca a mí
hacerte callar.
No como me gustaría
pero da igual, asómate,
quiero verte.
Estoy aquí, haciendote daño
y aún así, te acercas más a mí.

No sé por qué te escribo esto,
no tiene ningún sentido,
yo no tengo nada claro pero te
lo escribo.
Como si así
pudiera
echarte un poquito
menos de menos.
(o necesitarte menos)

Shhh.
Calla.
Habla bajito.
Que nadie se entere que nos besamos.
 
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